05 septiembre 2007

Momentos de ocio y TLC

Atrapado por la lluvia, aprovecho el tiempo para compartir unas líneas del tan aclamado tema del tratado de libre comercio, inspirado en otros textos de otros blogs.
Resulta interesante leer de otros usuarios ya sea su apoyo o rotunda negación al asunto este del TLC, donde hay posiciones encontradas y en algunos casos -y no se ofendan- sin sentido.
Para verlo más sencillo, imaginemos un cuadrilátero, donde en la esquina uno, están los que tienen itereses particulares económicamente fuertes, en la segunda esquina, los que apoyan el tratado por resentimiento (?), o ansiedad de cambio nacional, en la tercera esquina, los que dicen NO cualquiera sea su razón y en la última pero no menos importante, los que no saben todavía si apoyan o no el asunto del acuerdo.
Explicando un poco cada una de las partes, encontramos que la primera esquina son todos estos señores y señoras que tienen alto poder, quienes pagan los anuncios en los diarios, televisión, radio, y demás medios de (des)información (gracias a sin pelos en la lengua por el concepto) una propaganda con los ojos vendados para el observador. Son estos personajes los que con obviamente más recursos suelen escucharse más, aunque no necesariamente para bien o la verdad. De ellos, no he tenido oportunidad de leer blogs, la verdad no los necesitan pues disponen de otros medios para dar su mensaje y con mayor difusión.
En la segunda esquina, están orientados algunos de los escritores de blogs que he leído. Son aquellas personas que curiosamente apoyan a los de la primera esquina porque creen sus arguementos o mucho más sencillo, creen que el TLC per se es la solución a todos los problemas del país, desde el desempleo hasta la cura de la gripe. A esta esquina me referiré con mayor detalle pues son quienes llaman mi atención poderosamente:
Encontré escritores cuya razón de apoyo radica en el odio profundo a sindicatos, a instituciones por mal servicio, a lo hartos de la burocrasia y demás defectos patrios. Lo verdaderamente curioso de estos estimables compatriotas es que saben de los riesgos del tratado, lo nefasto que podría ser para el país en cuestión ambiental, en el campo de la educación, salud (y no es mito urbano) y demás predicciones de los que saben de estas cosas. Estraño... son personas (me atrevo a decir profesionales o estudiantes consagrados) concientes de lo bueno y de lo malo, pero aún así apoyan la onerosa parte "positiva" del tratado, es decir, se han creído el cuento de más empleo (como la propaganda de entradas anteriores), mejores condiciones comerciales, más oferta, mejores precios etc, pero al parecer son de oídos cerrados cuando les hablan del problema de los recursos en juego, de la competencia ventajosa para el país del norte, y del riesgo que una serie de factores producen hacia nuestro pequeño pero respondón país.
Faltan dos esquinas, los del NO y los del NO SE/NO ME IMPORTA. Los primeros ya los tengo bien definidos y es un "popurrí" de gente. Están los que defienden sus propios intereses (si, también los hay de este lado) como supongo es el caso de sindicatos y líderes de otras empresas que corren riesgo, están los ambientalistas que se preocupan por los recursos de todos, están los productores de mercancía que entraría en jugosa desventaja al partido y uno que otro que juega de rebelde o antiyanki. Como sea, ambos lados parejos en cuanto a personas, razones (en número, no en peso) y número de fieles.
La última esquina es quizá la más importante pues define cuál de los bandos va a quebrar al otro, pero son también los más ilusos, pues a estas alturas, el no tener una posición respecto al tratado es una irresponsabilidad.
Tanto los del NO como los del SI saben que este tratado marcará historia en este pedazo de tierra que decimos amar y llamamos Costa Rica, pero señores de la cuarta esquina, si no se informan Ustedes, no se atengan a que los informen, hagan su propio esfuerzo y demuestren interés en la nación que les da cobijo.
Soy del NO (no soy comunista, anarquista, talibán, vago o alguno de los adjetivos que inmerecidamente cargo), soy sencillamente alguien que un principio estuvo a favor del SI cuando no se había informado, pero que cambió de parecer al leer un poquito y si me daba pereza, veía documentales, me convencí, NO.
De los empleos, que es el argumento más fuerte del SI, seamos sinceros, no se puede asegurar mucho. o sí? De que los productos (y servicios) vienen más baratos puede ser (después de instalarse y arrasar lo nacional quien sabe si seguirán dado la buena y generosa cara como pasa con las fábricas de medicinas genéricas en Guatemala), y así muchas otras promesas de campaña.
De lo malo ni hablar, mejor infórmese Usted, y si cree que lo malo es menos probable que lo bueno, le insto a leer informes de países centroamericanos que con apenas un año, un año de aprobado el tratado, ya la están viendo peliaguda.
Son muchos puntos, termino exhortando a la información personal no parcializada, igual, cada quien se define el 7 de octubre, pero trate que no lo definan, sea Usted quien juzgue y no el juzgado por su decisión.

1 comentario:

Unknown dijo...

Pues una vez mas ud tiene toda la razón. Siguiendo su consejo me puse a revisar blogs y uno se da cuenta de lo obvia que es la gente que va con el sí solo porque le caen mal los sindicatos o Albino Vargas o los "comunistas", "vagos" etc o porque les guta Estados Unidos...no se ponen a pensar que hay un bien mayor detrás del no y que el sí representaría una especie de subyugación al poder del dólar. Pero también me dan lástima quienes apoyan el no solo para estar con el SINDEU o porque les cae mal Arias o porque dicen No a todo: así no tiene sentido que expresen su opinión. La desición que se va a tomar en las urnas es de transcendencia fundamental y debe ser meditada con detenimiento, no por salir del paso o porque me dá la gana.