20 junio 2008

Biocombustibles

La verdad no sé que opinar, pero acá el correo que motiva este post:

¿Biocombustibles? ¡No gracias!
Anacristina Rossi

Los llaman biocombustibles para que las personas, al ver el prefijo bio que significa vida, piensen que es algo bueno. Pero no es tan bueno: son productos agrícolas que en lugar de usarse como comida se usan como combustibles. Por eso deben llamarse agrocombustibles (etanol, aceites vegetales, etc).
Dos estudios publicados recientemente en la prestigiosa revista Nature afirman que si los gobiernos y los productores siguen adelante con la sustitución del petróleo por agrocombustibles, el calentamiento global aumentará cien veces y el hambre en el tercer mundo podría ser incontrolable.
Si le parece una exageración, piense en el siguiente dato: para llenar UNA SOLA VEZ el tanque de un vehículo 4x4, se necesita TODO EL MAÍZ QUE PODRÍA ALIMENTAR A UNA PERSONA DURANTE UN AÑO.
Producir agrocombustibles tiene consecuencias escalofriantes que, por lo demás, si usted lee los periódicos con cuidado, verá que ya están aquí. Esas consecuencias devastadoras se dan por lo siguiente.
Primero: el maíz, la soya, la caña, el aceite de palma, etc. que antes se vendían en el mercado de los alimentos, se empiezan a vender a precios más altos en el mercado de los combustibles. Eso significa menos comida y comida más cara para la gente, y concentrados más caros para los animales.
Segunda: lo anterior provoca más demanda de otros alimentos, como frijoles y arroz, que suben de precio y empiezan a escasear.
Tercera: se cortan enormes cantidades de bosques, charrales y sabanas -como ya está sucediendo en Indonesia, Brasil y Argentina- para sembrar más comida o más agrocombustibles. Esa tala de bosque aumenta en cien veces el calentamiento global. Para no hablar del aumento en el uso de agroquímicos.
Cuarta: sustituir el petróleo por agrocombustibles les permite a los países fuertes como los europeos, Estados Unidos, Brasil, etc., seguir con la ilusión de que la sociedad de consumo actual es sostenible, mientras el resto del mundo se muere de hambre. Y eventualmente todos moriremos de calor.
Hace pocos días vimos en el periódico fotos de las colas que ya se hacen en Asia para comprar arroz. Wal Mart en Estados Unidos está racionando los granos. En Costa Rica, las existencias y el precio del arroz sólo están aseguradas hasta el mes de julio.
Y en este infierno ¿quiénes ganan? Las grandes empresas trasnacionales de semillas y de agroquímicos, los grandes productores, los grandes especuladores y todos aquellos que quieren seguir llevando una vida de super super lujo a costas del resto de la humanidad.